Mi momento en el mundo.

lunes, 29 de junio de 2015

¿Se puede cambiar el mundo o es una utopía?

   En mi vida conocí a alguien muy importante, un ser que me enseñó a amar al Padre y me dijo que Jesús es el hijo de Dios, por lo tanto es mi hermano. Me enseñó a leer la Biblia y comprender las Parábolas de Jesús, también me enseñó a ser paciente con el rencoroso, pero ardiente en la defensa de mis creencias.
   Muchas de sus enseñanzas quedaron grabadas en mi corazón, siempre me decía, que no juzgara a las personas que no pensaban igual que yo, como dijo El Señor, “Con la misma vara que midas, serás medido”.
   Me dijo que no vea todo negro en el mundo, porque  siempre hay abierta una puerta de luz, una puerta a la esperanza”.
   Que si observamos a otros con resentimiento, nuestra alma se oscurece.
   Que si a todo le vemos el lado malo, es por que nos hemos dejado ganar por el rencor, pues nunca todo es malo, también en medio de un basural, puede nacer un rosal.
   Cuando pensamos que el mundo está en nuestra contra, tal vez sea porque nosotros nos pusimos en contra del mundo.
   Me enseñó que es ir por el camino fácil si criticamos y decimos que todo está perdido, el camino difícil tiene más piedras, pero tiene más valor, lo importante no es criticar, sino con acciones de ejemplo, amor y comprensión, intentar recuperar lo perdido.
   Quejarse, mostrar lo malo de otros, no soluciona el problema, se soluciona actuando.
Es como la parábola del pastor de ovejas que está pastoreando su rebaño, cuando pierde alguna oveja, no se queda regocijándose con las que ya están en su corral, sino que sale a buscar la oveja perdida, igual debemos hacer cada uno de nosotros desde nuestra humilde posición.
   Veo tanto rencor y desesperanza en el corazón de las personas que me entristece, porque muchos tuvieron seres de luz que los rodeaban, seres que les enseñaron a amar al prójimo como a uno mismo, pero ellos se dejaron ganar por la agitación del mundo y sus ojos se cegaron, entonces dejaron de ser felices, porque se desviaron de la razón por la que estamos puestos aquí.
   Tú no crees en Dios, no te juzgo, no te critico, ni me pondré frente a ti para obligarte a creer, tenemos libre albedrío, igual puedes elegir  entre vivir infeliz con rencor, con negatividad, o vivir feliz procurando el bienestar  de todos los que te rodean, también tú puedes mejorar el mundo.
   Tú… ¿Crees en un Dios Todopoderoso? ¿ Sabes que Dios es un Dios de amor?  Jesús nos dejó muchos ejemplos de que así es, pero nuestro corazón es duro y le cuesta aceptarlo.
   ¡Cuánto dolor nos evitaríamos, si comenzamos a mirar al otro, con el mismo amor que Él nos mira a nosotros!
   Recuerdo un sacerdote que dijo “Prefiero a una persona que viene a Misa una vez al año con amor y sinceridad en su corazón, que no una "chupa velas"  de las que viene todos los días a la Iglesia y se pasa espiando y criticando todo el año  sus vecinos”. Recuerdo a ese sacerdote con mucho cariño, sus consejos y su frase me acompañaron siempre, no sé si soy mejor persona, pero lo intento cada día.
   ¿Que tal si todos lo intentamos? quizás podamos cambiar este mundo que a ti te parece tan oscuro.
   Todos podemos, con amor y respeto por cada uno,   mejorar el mundo. Si el desierto de formó con granitos de arena, si el mar se formó con gotas de agua, ¿Por qué nosotros no podemos juntarnos para lograr un mundo donde vivir felices sea la única opción?